Después de permanecer cerrados por la pandemia del Covid, el país tiene el 90% de sus pasos fronterizos habilitados.

Debido a la pandemia del Covid-19 y las restricciones sanitarias, el tránsito en la frontera se vio afectado de distintas maneras debido al cierre de los complejos fronterizos. Por esto, uno de los desafíos para el año 2022 fue la apertura gradual de éstos, lo cual se logró gracias al trabajo conjunto de la Unidad de Pasos Fronterizos (UPF) –perteneciente a la Subsecretaría de Interior- y los servicios contralores de PDI, Aduanas, SAG, Minsal más el apoyo de Carabineros, logrando contar con 36 de los 40 complejos fronterizos habilitados para el tránsito internacional.

Tras una primera etapa de diagnóstico para evaluar la cantidad de dotación e infraestructura  (habitabilidad y espacios laborales de los complejos), se elaboró un plan de contingencia para enfrentar el coronavirus, el cual consistió en aumentar y reforzar la señalética de prevención y autocuidado, la implementación de nuevos aforos y mejoramiento de la habitabilidad para los funcionarios que laboran en frontera, lo que permitió en mayo abrir nuevamente los primeros 22 complejos fronterizos.

En los meses siguientes, junto con registrarse una baja en los índices del Covid-19 y a medida que las condiciones meteorológicas naturales en el país lo permitían, se logró implementar una serie de proyectos de mejora que facilitaron la apertura de otros 14 complejos, logrando a la fecha habilitar el 90% de los pasos fronterizos que Chile mantiene con Perú, Bolivia y Argentina.

Para el Subsecretario del Interior, Manuel Monsalve, contar con 36 de los complejos fronterizos habilitados es de suma importancia, ya que demuestra la preocupación del país por reactivar sus economías y el turismo en forma segura y ordenada. “La normalización de las fronteras era un desafío que el Gobierno enfrentó de manera coordinada con los distintos ministerios, lo que nos permitió abrir nuestros pasos en forma segura tanto para los trabajadores de los servicios como para los turistas, aún en plena pandemia, y de forma ordenada después de casi dos años cerrados”, explicó el subsecretario.

“Estamos muy contentos por el trabajo realizado por todos los organismos involucrados y seguiremos reforzando nuestros complejos fronterizos terrestres, que los usuarios tengan una experiencia positiva en su traslado cuando utilicen nuestras instalaciones, y es por eso que seguiremos invirtiendo en la infraestructura para mejorar y enfrentar de mejor manera el próximo año”, agregó Monsalve.

Por último, el subsecretario valoró el trabajo colaborativo entre los servicios contralores, que han dispuesto de todos sus equipos de trabajo para lograr restablecer el normal tránsito internacional. “Si bien los recursos disponibles se tuvieron que redistribuir en distintos ámbitos, como adquirir implementos para la prevención y protección personal del personal de los complejos, ampliar zonas de testeo, entre otras inversiones menores, también una de nuestras principales preocupaciones es el bienestar de nuestros funcionarios y funcionarias, por lo que se invirtieron  más de 603 millones de pesos  en mejorar la habitabilidad de los complejos, situación que esperamos seguir reforzando este 2023”, manifestó.

Los complejos pendientes

En relación a los cuatro complejos fronterizos que se encuentran a la espera de su habilitación: Coyhaique Alto (Aysén), se encuentra con obras de adecuación en curso. Mientras que Pircas Negras (Atacama), Laurita Casas Viejas (Magallanes) y Río Bellavista (Magallanes), quedarán pendientes debido a trabajos de mantención que se están realizando en el sector argentino.